Enviado por isidro el
(De Isi a Dro)
“El Moco”
Es la una y media de la tarde. Estoy tendiendo la ropa…
- ¿Qué hacemos Isi?
- ¿Y yo que sé Dro?
- ¿Tú crees que se puede hacer algo?
- Visto lo visto…
- Llevo tiempo, demasiado tiempo en dique seco. Creo que ya no merece la pena. ¿De qué escribir?...
Quejarme no puedo ni debo. Tengo una casa, aunque no sea mía, una mujer a la que quiero y por la que me siento querido, dos hijas y cuatro nietos sanos, a los que adoro, una pensión que estirazando nos da para comer, incluso para algún capricho.
De salud, sin entrar en detalles, tanto Maribel como yo, aparentemente estamos bien y para cualquier cosilla tenemos un Centro de Salud a dos pasos de casa. De comodidades: más de las que necesitamos: Le doy al grifo y sale agua, un pellizco en la pared y hay luz, calefacción, un coche viejo, pero que todavía anda, una bicicleta, por supuesto un móvil y una televisión por la que me entero de lo que pasa fuera de estas cuatro paredes en las que vivo…
¿Qué hacer?...Medio mundo en guerra o preparándose para ella, un planeta que hemos destrozado, oleadas de gente que huye de países, en manos de dictadores de todo signo, porque no tienen para comer o son perseguidos por sus ideas o creencias. Muchos de ellos mueren en el intento de conseguir lo que desde no muy lejos les ofrece la televisión de los países del primer mundo: Trabajo, comida, casa, lujo, vacaciones,…
Los que han logrado llegar hasta aquí, deambulan por nuestras calles, con menos papeles que una liebre, sin rumbo; se refugian donde pueden tratando de ganar dinero para sobrevivir y enviar algo a los que quedaron allá de donde vienen…
¿De qué escribimos, Isi? ¿De sentimientos... para seguir siendo unos “cagalástimas” como nos llaman a los cantautores”?
Sabes que en nombre de ideologías sublimes como libertad, democracia, capitalismo, comunismo, ecología, animalismo, Dios y tantas otras, y con palabras grandilocuentes que hacen sentir importante a quien las pronuncia y a quien las escucha, pero que de manoseadas, manipuladas y gastadas han perdido su valor seguimos manteniendo un mundo injusto y egoísta.
- ¡Pues escribimos de esperanza, Dro…!
- ¿En qué, en quién? Nuestros pescadores cambian de carnada, a menudo, si ven que los peces no pican. Es cuestión de probar otro cebo más atractivo, algo que llame la atención de quienes nadamos en este gran “charco de ranas”, que es el mundo.
- ¿Crees que hay tanta gente buena entre nosotros, capaz de cambiar todo esto?...
- Esperemos que así sea… ¡Tú sigue en el tajo. Dale vueltas al moco!.
© Isidro, Agosto de 2019
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