- Diminuto navegante,
- que, en apenas un instante, has cruzado un mar de estrellas
- y ahora esperas, en la playa de algún vientre,
- a que te digan que te vayas o que te quedes.
- Si tu sangre no reniega de ti y el cielo no hace otros planes
- pronto habrá un pirata más navegando en estos mares.
- Que se dejó seducir, por este ahora y aquí,
- para aprender a elegir entre matar o morir,
- morder o besar,
- seguir a la razón o al corazón.
- Hombrecito misterioso,
- antes de que tus recuerdos cojan el tren del olvido
- y no sepas quien eres, ni a que has venido
- déjame ver en tus ojos lo que tus ojos han visto.
- Pero sonríes y callas en lo alto de tu trona
- porque encuentras divertido
- jugar a la vez conmigo y con las pinzas de la ropa.
- Tendrás que olvidar para poder aprender,
- mi pequeño pirata feliz.
- Te deseo lo mejor,
- deja que sea el corazón el que aprenda a elegir
- Entre, matar o morir, morder o besar,
- abrazar o reñir.
- Acariciar o arañar, curar o herir
- y todo sin saber muy bien porqué.
- Subir o bajar, entrar o salir, artificial- natural...
A cada paso elegir….
(A mi nieto Elías)
Noviembre 2006