- Por el trocito de cielo, que se ve desde este claro, del bosque
- animado en que me has puesto.
- Por el huerto que trabajo,
- por la ropa y por el pan,
- por la salud, la cama y el techo.
- Por la palabra amable que anima,
- por el abrazo tierno,
- por el llanto y la sonrisa que alivia
- tanto dolor propio y ajeno...
- Gracias.
- Gracias por no ser un sueño.
- Gracias por ser el Dios de un ingenuo.
- Por la pasión y el amor,
- por las caricias y el sexo.
- Por esos granos de fe que pones en el café,
- claro, largo y corto de azúcar,
- con que veo amanecer, cada día en el salón,
- con el corazón lleno de dudas.
- Por cada vez que me dices: “no pasa nada”,
- por ser mí clavo ardiendo .
- Por la mujer que un día me diste,
- porque aún tiemblo cuando la beso...
- Gracias .
- Gracias por no ser un sueño.
- Gracias por ser el Dios de un ingenuo…
- Y “desgracias” por las cosas
- que me hacen “roncha” y no entiendo;
- y que espero que algún día
- me lo expliques, si te veo.
- Porque. a pesar de los años,
- sigo siendo un ingenuo
- me asomaré a la ventana cada amanecer
- con una taza de fe y café
- ... hasta ver llegar tú Reino….
- Octubre 2008/ Agosto 2011